✞ 37

En el dirigible de Lord Vigo, 37 y 39, supuestamente hermanas, atacaron a los supervivientes y sabotearon la nave para que esta se estrellase. Durante la batalla, la maza de Préxades reventó una de las ópticas de 37, quien cayó muerta al suelo. Mas su cuerpo no permaneció intacto, sino que se desintegró en una pila de sal que salió volando por el puente de la aeronave.

En Nueva Turquía, cuando Reagan se puso la máscara rota de 37, vio una sala sin fondo, oscura, iluminada localmente por una diminuta luz que portaba la supuesta 37. Bajo sus pies, llegándole hasta el pecho, una piscina de sangre hacía su avance complicado. Conforme sus piernas se abrían paso, empezó a sentir el contacto con elementos sólidos, que cedían al moverlas ligeramente. Cuerpos, tal vez, sumergidos en su propia sangre.

De pronto, un cadáver emergió, flotando boca abajo. Préxades. Después El’Barakas. Akta. Göbel. Sus padres. Para cuando quiso darse cuenta, todo a su alrededor eran cuerpos sin vida, flotando en el bermellón. Después de aquello, un conjunto de manos salió sin avisó del líquido viscoso y empezó a empujarlo, ahogándolo. Todo se tornó oscuro y un par de brillantes ojos blancos se clavaron en su retina.