Rocalys Geographic Location in Alzea | World Anvil
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Rocalys

  "El reino de Rocalys es la joya del sur en el continente de Atolia. Es la defensa de los arenas del sur, el paso de las mercancías de oriente y el centro de conocimiento en las grandes academias y monasterios" Aragonte Zamoria frente al rey de Quetanía.                                          
El reino de Rocalys es uno de los cinco reinos del continente de Alia, donde se encuentran también Armiña, Quetanía, Vizcodia y Oria. Se caracteriza por su lenguaje sagaz y por sus reyes guerreros, que han estado en constante defensa de los mandatos del Ojo en contra de los seguidores de Mesenai que se encuentran en las ciudades del desierto del sur.   Características El gran reino de Rocalys se halla en la punta suroccidental del continente de Atolia. Su población habla rocalisiano, una de las lenguas más antiguas del mundo y que tiene sus orígenes en las Cuevas de Molia, donde parece ser los habitantes primitivos de Rocalys decidieron hacer un complicado lenguaje escrito.   Rocalys es considerado un reino sumamente importante en el continente de Atolia por su posición geográfica. Tiene acceso al continente de Breshga, donde se hallan las ciudades del Desierto de Griska, y donde hay un poco de comercio. Además de esto tiene el Puerto Emperador, donde pasa toda la mercancía de oriente a occidente. Por si fuera poco, descubrió nuevas tierras al occidente del Mar de la Luna y se ha abastecido de los recursos de estas nuevas tierras conocidas como Ataya o Ixtal.   Historia El reino de Rocalys fue fundado en el Pacto de los Dos Reyes, cuando el rey de Leona, Rodrico IV, decidió unir su trono con el de Altilla, donde reinaba el rey Gunpergo. La unión de Rodrico V y la hija de Gunpergo, Nuria, daría como nacimiento el gran reino de Rocalys. La unión se inscribe en las crónicas del reino en el año 304 de la Primera Era. A raíz del lazo de estos dos reinos nacerían dos hijos, un varón y una doncella. El nombre de la primera princesa de Rocalys se ha perdido en el tiempo y en la quema sucesiva del archivo del reino, pero parece haber sido Nuria, igual que su madre. Sin embargo, el nombre del heredero de Rocalys fue Osorio I, el primer gran rey de los reinos unidos.   La unión de los tronos de Altilla y Leona se dio como una alianza entre reinos para enfrentar las fuerzas del Emperador Asur, que había unificado las ciudades del desierto bajo una misma bandera y que tenía como propósito enseñar la palabra de Mesenai en los reinos del norte. La guerra que se desató cuando Osorio gobernaba Rocalys pasaría a la historia como La Primera Guerra del Ojo y Rocalys sería el indudable vencedor.   Pero la victoria de Rocalys no sería solo cuestión del reino. Los otros reinos del norte, excepto por Oria, apoyaron la guerra y enviaron fuerzas desde cada uno de los territorios del norte. La Primera Guerra del Ojo duraría seis años y haría que el imperio de Simatra se quebrara y diera lugar a una serie de rebeliones entre príncipes, que eran inscritos como gobernantes de las ciudades del desierto. El imperio de Simatra se dividió entonces en setenta ciudades del desierto y la idea del imperio se desvaneció totalmente a la muerte del emperador Asur, cuando este, acongojado por la derrota, se atravesó el vientre con su propia espada en el año 1320 de la Primera Era.   El gobierno de Osorio I, marcado por su indudable victoria contra el imperio de Simatra, vendría acompañado de una época próspera en el reino. El comercio en el continente de Alia se disparó por los tiempos de paz y Rocalys creció como uno de los reinos más importantes del continente por debajo de Quetanía, la joya del centro del continente y cuyas minas de oro le daban todo tipo de riquezas.   Fue cuarenta años después, en el reinado de Jimeno I, nieto de Osorio I, cuando La Segunda Guerra del Ojo estalló en tierras rocalisianas. Las ciudades del desierto comenzaron una serie de ataques en conjunto en contra del reino de Rocalys, como alguna vez habían hecho, lo que produjo la ira del rey Jimeno. Este envió a un grupo de hombres a secuestrar a las hijas doncellas de cada uno de los príncipes del desierto que se encontraban aliados contra Rocalys. El rey envió a la hoguera a las doncellas, lo que comenzó la gran guerra.   La Segunda Guerra del Ojo duró diez años, procurando bajas por parte de los dos bandos enfrentados y creando así una serie de órdenes que se dedicarían a dar batalla a los reinos del sur. En Rocalys se creó La Orden de Ekhan, un grupo de caballeros que dedicaron su vida a la devoción del ángel de la guerra, vencedor de todo tipo de males que amenazaran a los templos del Ojo. Esta Orden fue conformado por hombres de todo el continente de Altia, pero sobre todo de rocalisianos y quetanenses. La Orden logró una segunda victoria por parte de Rocalys, pero los caballeros de Ekhan se coronaron como Príncipes Santos de Amagred, Maqadas y Almeraya. Coronándose como gobernantes independientes, el rey Jimeno ordenó, acabada la guerra contra las ciudades del desierto, desarticular los gobiernos de los caballeros.   La guerra contra los Príncipes Santos dio lugar a una rebelión en Rocalys que terminaría por destronar a Jimeno I. Su hijo, Jimeno II, fue coronado en el castillo de Zoria y se le conocería como El Rey de Tres días, pues el niño-rey fue reemplazado por el duque Tulio de Carabia, que se coronó como rey y reemplazaría a la dinastía de los Orcalys por la de su propia casa, la dinastía D´León. Tulio gobernó desde el año 1372 de la Primera Era hasta el 1424 de la Primera Era, constituyendo el reinado más largo en la historia de Rocalys.   Tras la muerte del gran rey Tulio, los Príncipes Santos, que habían tenido potestad de gobierno, decidieron crear el Consejo del Ojo, una reunión de grandes señores del reino que decidirían y propondrían algunos asuntos de ley. La aprobación final iría en nombre del rey, pero este siempre se vería influenciado por las decisiones del Consejo. Fue así que el primer Consejo del Ojo se llevó a cabo en el año 1435, en el gobierno del rey Tulio II, y fue conformado por sacerdotes, ricos comerciantes y grandes señores que gobernaban comarcas y provincias enteras. Fue tal la influencia de los Príncipes Santos sobre el reino que el modelo político fue adoptado por Quetanía y Vizcodia. Los cronistas comenzaron a hablar cada vez más de los buenos gobiernos regidos por el Consejo y decidieron dar espacio a una nueva era en el calendario: La Segunda Era, que comenzaría en el año 1456 y que pasaría a ser el año 1 S.E.   La familia D´León gobernaría entonces durante casi 200 años. Las posibles guerras civiles fueron frenadas por el Consejo del Ojo y el reino vivió un crecimiento exponencial. Pero en el año 171 de la Segunda Era nacería un hombre que lo cambiaría todo. Su nombre fue Erico D´León y fue uno de los últimos reyes de la dinastía D´León. Eurico no era el heredero legítimo al reino, pues dicho derecho recaía en los hombros de Illermo III, su primo hermano. Fue por eso que, a costa de los frenos interpuestos por el Consejo del Ojo, inició una guerra en contra de su primo, apoyado por fuerzas mercenarias extranjeras pagadas de su propio tesoro como duque de Arabela. Illermo sería aprisionado por su primo y más tarde asesinado en prisión. Eurico D´León, viéndose primer rey por derecho de victoria, que constituía ganar el trono tras una guerra, se casó con la hermana de Illermo III, Aragonte, e instauraría un gobierno represivo.   Eurico D´León expulsó a todos los integrantes del Consejo del Ojo e instauró un consejo con muchas más limitaciones y que responderían únicamente a las necesidades del rey. Esto se conocería como El Día de la Liebre, porque entre las historias, las matronas del reino inventaron que el rey había ordenado a uno de los mercenarios que convirtiera en liebres a sus consejeros. Luego se terminó comiendo a los hombres convertidos en liebre, celebrando un gran banquete. Por supuesto son solo historias y los hombres que pertenecían al Consejo terminaron huyendo a otros reinos.   Eurico D´León también invadió las ciudades de los Príncipes Santos, que tenían una particular forma de heredar el trono de sus ciudades: por medio de una batalla, el mejor caballo en pie gobernaría la ciudad. El rey ejecutó a los príncipes que yacían en sus ciudades en una guerra rápida con ayuda de sus mercenarios y sumaría a sus títulos los gobiernos de Almeraya, Maqadas y Amagred. Sin embargo, Eurico moriría de un cáncer de corazón que terminaría hinchándole el pecho y volviéndoselo negro. Algunos culparon a su esposa y reina, Aragonte, de haberlo envenenado o embrujado, pero nunca se comprobó aquello.   A la muerte de Eurico D´León gobernó durante unos meses su hijo, Eurico II, pero este era enfermizo y moriría al poco tiempo. A su muerte se le atribuye una enfermedad donde el afectado, con la mínima herida, no pararía de sangrar. Esta enfermedad se habría derivado de la gran cantidades de uniones entre primos cercanos por parte de la familia D´León. Muerto el primer hijo, el segundo gobernó en su nombre. García D´León era un hombre deforme, con la cabeza demasiado grande y el cuerpo demasiado pequeño. Gobernaría durante un tiempo Rocalys con mano dura pero un problema de sucesión le arrebataría el trono par siempre. Su medio hermano, el bastardo de la reina Aragonte, que había sido ocultado durante el gobierno de Eurico I y que había servido de escudero a su hermano, se encontraba ahora como un posible candidato a la corona. García lo terminó exiliando a una de las ciudades del desierto, donde creía que moriría, pero Aspár, que era como se llamaba, aprovecharía la oportunidad.   Aspár se uniría a la corte del Gran Barén Sharek, de Almeraya, la cual había sido recuperada por las fuerzas del desierto en el gobierno de Eurico II. El Gran Barén decidió tomar oportunidad con Aspár e iniciar un ataque a Rocalys para coronar a Aspár como rey de Rocalys al tener derecho sobre su trono. Aspár, para aliarse con el Gran Barén, se acabaría con su hija Alavea y fundaría la casa de Zamoria, tomando el nombre de la aldea donde había nacido. El Gran Barén le proporcionaría apoyo y le daría la corona de Rocalys en cuestión de 3 años de guerra. García D´León había descuidado las fortalezas y terminó rindiéndose ante las fuerzas del desierto, lo que se conocería como La Gran Derrota.   Aspár, a cambio del apoyo del Gran Barén, le tuvo que ofrecer un tipo de tributo a su aliado, lo que se conocería como teifa y lo que le daría al Gran Barén control sobre Rocalys. Afortunadamente para los rocalishanos, el Gran Barén no tuvo ocasión de implementar la ley de Mesenai sobre el reino, sino que solo buscaba una ventaja económica. Aspár gobernaría con diligencia, pero al proponérsele la creación de un Consejo del Ojo desistió de la idea. Muchos de los Barones del reino lo odiaban por rendirle pleitesía a un príncipe del desierto y con la creación del Consejo se habría deslegitimado su poder como rey.   Aspár Zamoria moriría en el año 241 de la Segunda Era a causa de un envenenamiento con cianuro. Los grandes Barones del reino estarían detrás del magnicidio. Pensando que la muerte de su esposo la haría huir, Alavea, la primera reina extranjera de Rocalys, decidió sofocar todo tipo de rebeliones en su contra y coronó a su hijo, Beltrán I, como rey indiscutible de Rocalys. Se conoció a la reina Alavea como La Desolladora por sus formas de inspira temor en los vasallos rebeldes pero procuró guardar el trono de su hijo hasta que este completara la mayoría de edad.   Desde que Beltrán I cumplió dieciséis años comenzó a ser instruido en avances militares y a encargarse del gobierno del reino. Beltrán, inspirado en las historias antiguas de la Orden de Ekhan, decide invadir algunas ciudades del desierto pero sus primeras arremetidas son infructuosas. Es así que decide enfrentarse a los Condados Palatinos, una serie de ciudades independientes, de cultura de Quetanía, que yacían cercanas al reino. Pero en el asedio a los Condados, cuando el rey solicitó ayuda de su reina, la gobernante en nombre propio de Quetanía, esta le presentó una ayuda mágica.   La reina Caretena, que había heredado el trono de Quetanía como se acostumbraba en el reino, pues las mujeres podían gobernar allí, practicaba la magia blanca, un tipo de hechicería prohibida por el Ojo De Dios y que otorgaba poderes sobrenaturales, como la lectura del destino y el control del clima. No obstante, la práctica, al ser prohibida, comenzó a ser mal vista. Pero el padre de Caretena, el rey Ragenfrido, con una gran tendencia liberal, decide separar su corona de los gobiernos de los sacerdotes del ojo, lo que convierte a Quetanía en el primer reino autocrático. Es por eso que la reina Caretena podía practicar libremente la brujería, a pesar de que seguía siendo mal visto en sociedad.   La invasión a los Condados Palatinos termina siendo una victoria sin derramamiento de sangre, al menos en las tropas del rey Beltrán. La reina Caretena habría de sembrar semillas de locura a las murallas de los condados, lo que terminaría provocando una ira inducida a los condes y se matarían entre sí. El rey Beltrán conservaría siempre una enemistad con su esposa por su tendencia mágica pero eso no impidió que tuviera cinco hijos con esta. Ella, que había acordado en el matrimonio darle todos los hijos legítimos a su esposo, decidió apostarle a una triquiñuela administrativa y darle dos hijos a un amante suyo, hijos que heredarían su reino. Fue así que la reina, además de concebir a los vástagos del rey Beltrán, concibió también a Fredico y Guanselmo. El primero sería rey después de la muerte de Caretena.   Tras la conquista de los Condados Palatinos, el rey Beltrán siguió conquistando ciudades del desierto, lo que lograría con Almeraya, la ciudad de su abuelo, y Maqadas. Sin embargo, en la conquista de Margintuz, sufriría una fuerte caída de su caballo, lo que le rompería las costillas y las piernas. El rey moriría en el campamento militar al pie de Margintuz y dejaría como herencia un reino dividido. Los cronistas se abstienen a saber por qué el rey decidió dividir su reino en sus tres hijos, pero lo más seguro es que lo hiciera a consciencia.   La división de Rocalys en Leona, Alabea y Palmaria daría lugar a La Guerra de los Cinco Vástagos, donde los cinco hijos de Beltrán I se enfrentarían a muerte por la corona del reino. Esta guerra sería la más grande en Rocalys y dejaría todo tipo de hambrunas, epidemias y desolación a su paso. Los contrincantes fueron cinco, que se aliaron o se enfrentaron entre sí: Bejadmundo, el hijo mayor y el cual nunca pudo heredar el trono de su padre por su abdicación en el año 324 S.E. También estaba Beltrán II, el hijo del medio, quien moriría asesinado por su hermano mayor en el confrontamiento de la primavera del 324, luego de décadas de lucha intestina. Lucidio fue el tercer contrincante, quien moriría a causa de una epidemia de sangrosa en el año 299 S.E, posiblemente causada por su hermana, Visclavara. La otra contrincante sería la misma Visclavara quien, a nombre de un Consejo del Ojo propuesto por los monjes y los sacerdotes, deseaba destronar cualquier figura de rey y apostillar un Consejo donde solo los sacerdotes más importantes de Rocalys, además del patriarca, podrían opinar. Moriría ejecutada por su hermano al ser acusada de homicidio por promover el contagio de este. Por último estaría la hija mayor, la princesa Matilde, quien heredaría de su padre la ciudad simatresa de Marginutz y de la cual no se despegaría hasta el día de su muerte, cuando, al ser capturada en batalla por su hermano Beltrán II, decidiría quitarse la vida en la costa norte, ahogándose en el mar.                  

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