Arrasando adictos
General Summary
Kaath’ra descansa en los pasillos con nautrypto, a los que dedica un cuarto de ciclo para inspeccionar en busca de algo interesante, pero sólo anota la palabra “rios” para consultarla posteriormente con académicos.
***El resto del grupo ha perdido la pista al impostor, y luego de descansar Tuglivydo tiene la idea de buscarlo en una zona donde la perla brilló tenuemente, para lo cual busca a Kaath’ra en la Lumera.
Ahora juntos, planean cómo continuar la búsqueda sin levantar sospechas, y surge la idea de vestir a Kaath’ra con vendas para que no parezca un cáptaqus, para mejorar la treta, él mismo practica un modo de nado diferente, a modo de delfín. Y de esta forma parten, el moktus (Tuglivydo) entre los ropajes del cáptaqus, siendo el único que ve la perla y dando indicaciones a Kaath’ra a través de presión con sus tentáculos.
Ambos parten de la Lumera, con indicaciones para Olum (cáptaqus) y Kah’Lohz (armebio) de que se mantengan alejados, buscando que Olum esté atento a señales de sangre, pues Kaath’ra sangrará si encuentra al impostor y será la alerta para que los demás se acerquen.
Durante un buen tiempo buscan en la zonas cercanas a donde el moktus indica, pero no hay señal de brillo en la perla, después de un cuarto de ciclo llega un recado a la mente de Kaath’ra, ha habido un nuevo muerto.
Sin dar alarma de su disfraz, vuelven a la Lumera, donde pueden confirmar por el toque de la perla que se trata de un elfo acuático, el mismo que vendía armas de la superficie y que Kaath’ra había visto un ciclo atrás. Sabiendo esto, el grupo va hacia el sitio donde el impostor podría estar suplantando a su nueva víctima.
Al llegar encuentran al empleador del difunto, una abominación con el estómago de fuera, incómodo de ver. Éste les indica que el elfo salió para hacer una entrega en la superficie, y sin poder obtener más información, cáptaqus y moktus salen del lugar.
Al no poder tener a la vista nada cerca de la superficie ni indicación alguna de dónde podría estar el elfo, Kaath’ra abandona su treta y nada a toda velocidad hacia la superficie, da un salto que lo saca 10’ por fuera y busca alguna fuente de luz en la nueva noche del mundo.
Primón 7 del 4 CH, Época NovenaSólo encuentra unas luces lejanas, y al nadar hacia ellas, la perla brilla por un instante. En este punto Kaath’ra inicia su modo de cacería, buscando bajo el lugar donde la perla brilló, encontrando nuevamente su luz, a la vez que persigue el punto imaginario en donde cree está el impostor, esta vez, un lugar bajo el lecho.
Los demás buscan una entrada a alguna cueva que pueda llevarlos al que hace brillar la perla, el armebio encuentra la entrada, misma que ya conocía, y raudo, ingresan todos, pero entonces ven su camino interrumpido por un kelemante y un grupo de desadaptados que más tarde sabrán todos, son clientes viciosos del lugar. Kaath’ra ignora a los estorbos y se apresura a pasar de ellos, el resto se queda a combatirlos, al no tener otra opción.
Olum, Kah’Lohz y Tuglivydo pelean con los drogas, dejando una carnicería en el acto, el armebio se queda a limpiar sus cuerpos de toda pertenencia, mientras los otros dos continúan para alcanzar a Kaath’ra.
***Kaath’ra que se adelantó, mantiene la perla brillando al alcance de sus ojos y llega a una recámara con tres agujeros por los cuales pasar, pero una extraña tinta estática a modo de puerta no permite ver más allá de los agujeros, ingresa en uno sin pensarlo y se encuentra con unas criaturas extrañas, de bocas abiertas y dentadas, cuerpos verdes y aletas en cara y brazos. Para no permitir al impostor huir mientras él combate, decide salir del agujero y pelear en la recámara, lugar desde donde puede vigilar la salida por la que él ingresó.
Mientras los nuevos enemigos se van acumulando, tres hasta el momento, el moktus y el otro cáptaqus llegan al sitio, allí una nueva batalla tiene lugar, pero en la total oscuridad, y que estos nuevos enemigos inundan el espacio con tinta negra que no permite al grupo ver nada.
Aún con el ambiente en su contra, el grupo logra derrotar a estas criaturas, exploran los agujeros sólo para encontrar que había otro y, además, darse cuenta que ellos mismos están comportándose de manera errática, atacándose entre sí, pero sin recordarlo, efecto de la droga que, aunque diluída en la tinta, ha ingresado en sus cuerpos.
Olum casi muere a manos de Kaath’ra, éste último es atacado por Olum y el armebio que acaba de llegar, pero no sufre daño alguno. Cuando el efecto parece haber terminado, una gran especie de puerta que mantenía cerrada en una pared, se abre. Al no haber otro sitio a dónde ir y con la perla apagada, Kaath’ra ingresa para encontrarse con un pobre trabajador escondido entre unos tulipanes marinos, y allí, sin moverse del sitio, Kaath’ra comienza una charla con el trabajador, a base de puños y gritos.
Este nuevo tipo es aborrecible más allá de descripción alguna, parece humanoide, pero con una especie de pico en lugar de nariz, boca inmunda y miembros retorcidos, además parece regenerarse, pero eso poco le importa al cáptaqus, que lo ataca con todo, hasta que en medio de la conversación, el trabajador acepta cooperar.
Kaathr’a lo apresa y lo entrega a Tuglivydo, que hace lo mismo, mientras inspeccionan este nuevo espacio por completo. Encuentran una única entrada más profunda, donde el agua se torna verdosa y el trabajador les indica que este sitio es un lugar para adictos, donde él hacía parte de una pequeña porción del proceso de fabricación de una droga.
Todos bajan por el espacio cavernoso mientras hablan, hasta llegar donde la perla brilla y encontrar al impostor, tomando la forma de Ven'ikax, ahora acompañado de otras dos criaturas, una especie de anguila amarilla con brazos y la otra, parecida a una gran serpiente marina con cara de elfo, su boca esboza una sonrisa a la vez que ve la perla en la trampa de Kaath’ra, no son buenas noticias.