Sociedad Muzgal

Creado por Santiago Álvarez

La luz de la luna penetraba cauta por una larga ventana decorada con cortinas doradas, insultada por una vela a medio consumir que ardía dentro de una lámpara que fracasaba en el intento de hacer competencia a la belleza de los exóticos rayos que pocas veces visitaban las noches de Pentamon, una pluma se movía con elegancia dibujando intrincados símbolos sobre un extenso grimorio que pronto encontraría el final de sus hojas, la tinta de color rojo intenso se secaba veloz sobre el papiro tomando un aspecto oscuro que dejaba inferir su contenido nigromántico. La puerta se abrió sin emitir sonido alguno, como arrullada por el viento, la pluma que hacía juego con las telas del salón descanso sobre el escritorio de madera repleto de pergaminos ajados.
-Así que, el cuento de La Noche Perpetua no era solo una historia para niños al final de todo.- afirmó el escriba mientras con sus manos recogía el cabello dejando ver unas largas orejas puntiagudas.
La oscura silueta en la puerta se mantenía en silencio, su rostro miraba al suelo oculto tras una capucha de cuero marrón, su pecho cubierto por un chaleco opaco con botones en uno de sus lados bajaba por los hombros encontrando su final en unas largas coderas en punta dejando al descubierto unos flacos antebrazos color carbón.  unas manos pintadas de blanco descansaban abrazando la empuñadura de dos dagas sostenidas en el cinturón que apretaba un pantalón negro.
-Los rumores de lo sucedido en Zarquitania me dejaron algo impactado, no te mentiré, pero no creí que su sed de venganza los llevará a allanar el hogar de un anciano Elfo.- intentando pasar desapercibido, con una de sus manos el arcanista rebusco en una pequeña bolsa amarrada en su pierna buscando un fosforo que le ayudara a conservar su vida. 
-Hablas demasiado.- susurro una voz casi como un suspiro.
-¡Oh!, lo siento, no creí que los Elfos oscuros tuvieran tan malos modales.
La risa gutural interrumpió casi por la mitad la oración, el rostro se levantó dejando ver un tatuaje tribal en forma de mano que contrastaba contra un rostro oscuro despojado de toda luz, la cara con apariencia humana era larga, de mentón prominente por el cual fluía la saliva de una boca abierta dominio de unos pocos dientes amarillentos que embozaban una sonrisa
-Urk Niz Ozkûr, ¿ves acaso el color rojo en mi mirada?
Una mano apresó la boca de la víctima mientras el miedo brotaba por sus ojos desorbitados.

Los muzgal son una pequeña comunidad de no más de 600 criaturas, sus cuerpos más altos que un humano, delgados y oscuros como la noche los han beneficiado a la hora de luchar desde las sombras destacando como espías y asesinos que conviven en pequeños campamentos a la espera de las órdenes de su señor, Artus Manonegra  al cual le sirven con respeto y gratitud.

Historia

Oriundos del plano de Okantre , en un tiempo pasado mucho más próspero, esta cultura vivía en una gran tribu donde se reunía casi la totalidad de su población, aunque poco avanzados tecnológicamente, su amplio conocimiento sobre el entorno y las criaturas que los acechaban, les permitían rascar hasta el último recurso haciéndolos expertos fabricantes de venenos y unos cazadores excepcionales, concediendoles una muy merecida fama entre el resto de civilizaciones de ser unos mercenarios de la más alta calidad. A diferencia de las tribus bárbaras a las que estamos acostumbrados en el plano material que arrasan con pueblos enteros entre gritos de guerra, la sociedad Muzgal trabajaba de manera silenciosa acabando con sus encargos furtivamente, degollados o retorcidos por el veneno, todo a cambio de una buena bolsa de monedas.

Los asesinatos eran simplemente eso, confiados, no se preocupaban mucho por los detalles de su trabajo, joven, niño, mujer o adulto, las monedas no distinguían diferencia, la potencia de las mezclas que bañaban sus hojas bastaban para no dejar supervivientes, hasta que un dia, si lo hicieron.

Las mujeres y los niños fueron los que se llevaron la peor parte, los huesos calcinados de familias enteras humeaban bajo un cielo que llovía fuego, un mal movimiento por parte de los mercenarios, y toda una raza pereció ante el poder colérico de un poderoso mago que en venganza por su atentado, decidió castigar a guerreros e inocentes por igual. Solo los mercenarios quedaron con vida, todos varones, sin ser merecedores del regalo de la muerte, fueron enviados por distintos planos condenados a morir en tierras desconocidas o envejecer sabiendo que su raza estaba al borde de la extinción

Donde o cuando fueron encontrados los supervivientes que llegaron a Eiláar  por Artus  es desconocido, ni tampoco los motivos que convencieron al antigüo rey de apadrinar a esta raza perdida, aunque se puede intuir que fue el mismo motivo que los llevo a ese punto: su habilidad. Mientras la sociedad Muzgal sirva con fidelidad a La mano negra, ésta se encargará de mantenerlos vivos, no se sabe cómo, o qué tipo de magia utiliza su líder, ni siquiera ellos lo conocen, pues en su memoria solo hay recuerdos desde la juventud, pero cada cierto tiempo, nuevos miembros de la raza se unen a los campamentos en los que conviven formados por no más de 30 Muzgal, algo que en naturaleza sería imposible, pues ya no quedan hembras de esta raza en ningún plano, algunos, muy pocos, quizá los más viejos, sueñan con ansias el ciclo en que su pueblo, no dependa del servicio a la organización para poder reproducirse, sin embargo, la inmensa mayoría sirven y viven exclusivamente por su señor.

Tipo

Guild, Fighter / Mercenary

Líder

Artus Manonegra

Organización a la que pertenece

La mano negra

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