Hitaþrymja, la hacedora de leyendas

Base histórica

El mito de La Hacedora de Leyendas nació de un martillo mágico, cuyo origen se remonta a la Era Mítica, que es capaz de limpiar las impurezas de cualquier metal para luego unirlo con magia mediante runas. Esta herramienta de herreros definitiva sólo adquiría su auténtico potencial cuando podía canalizar el poder de las tormentas que azolan de vez en cuando el norte de Ergos.

El martillo absorbe la energía estática y eléctrica del entorno y la suelta con cada martillazo. El principal problema viene con el hecho de que la herramienta, al absorber la energía de la naturaleza, su temperatura asciende a cotas inaguantables para cualquier ser. Para poder usar el martillo es necesaro un guate especial de metal que tiene seis huecos para Gemas de Obsidiana cada uno. Aún así, el rito acaba por consumir los guantes, fundiéndolos con la mano del herrero, siendo el orígen principal de las expresiones kinordrinas: "Hasta que mis manos sea de hierro", "A hierro y sangre" y "Resitir más que/Ser más resistente que una Gema de Obsidiana".
El martillo Hitaþrymja, usualmente referido en femenino ya que es considerada una herramienta divina, formó parte de uno de Los Tesoros de Svelljörð y se cree que se perdió en La Última Guerra, conjuntamente con los demás tesoros a excepción de Faél.

Recepción cultural

Este mito ya era bien conocido antes incluso de la derrota de los humanos en La última Guerra. Siempre fue uno de los ejemplos de la nobleza, dedicación y de las artes de forja de Svelljörð, al igual que de la locura y la obsesión por el sacrificio por el bien mayor de esta cultura. Esto es debido a que se consideraba un enorme e inconmesurable honor perder las manos en los guantes de hierro necesarios para usar Hitaþrymja.

Pocas culturas empatizaban realmente con estos ideales, pero todos respetaban el acero kinordriano, conocido como uno de los pocos en perforar una cota de mallas de hierro.

WIP: Este artículo es provisional, no toda la información expuesta es definitiva.