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Moezu
837 S.E.
El año es 837 de la segunda edad, han pasado 50 años desde que la gran Guerrera Merugur unió los clanes nómadas orcos de las estepas y se lanzó a la conquista de un debilitado Imperio de los humanos, estableciendo el nuevo Imperio Orco o la dinastía Merugiana.
La conquista del viejo imperio y la derrota de sus legiones fue rápida. Debilitado por guerras internas entre senadores y generales no supieron reaccionar lo suficientemente rápido ante la amenaza de la antigua esclava. Cientos de jinetes nómadas orcos iniciaron su avance desde las estepas de Semmedu, adentrándose en las fértiles tierras de Pasumpon, unidos por una única causa, derrocar al tiránico y opresor imperio del hombre. Tras unas inesperadas victorias y la conquista de diversos pueblos, fortalezas y ciudades, los demas clanes respondieron a la llamada de la Gran Guerrera. Tras cada conquista se liberaron los hasta entonces esclavos orcos, que durante generaciones habían servido a sus maestros humanos, pasando a acrecentar las huestes de la invasora de las estepas. Para cuando las legiones del imperio finalmente plantaron cara a Merugur su ejército se contaba por decenas de miles y los generales humanos demostraron no estar a la altura de las tácticas y la iniciativa de la gran guerrera Orca. Derrotados y humillados, viendo su imperio desmoronarse y sus ciudades caer bajo el imparable avance de las huestes de invasores de las estepas, las diezmadas tropas de humanos se retiraron a la región de Kanwa, donde la ciudad de Vesuna fue finalmente perdonada tras 67 días de asedio, no sin pagar un alto precio por su salvación al convertirse en un estado vasallo.
Los Elfos de las regiones de Gakkarai y Kautilika, un reino élfico hasta entonces protectorado del Imperio del Hombre, tampoco se libraron de la furia de las hordas de Merugur. Sus ciudades costeras cayeron ante su ingenio táctico y su poderío militar. No teniendo grandes ejércitos como los hombres pues su dominio se trataba más sobre la magia y el comercio, trataron de firmar una paz con Merugur antes de terminar siendo expulsados de sus tierras de forma permanente. Pero los orcos habían sufrido durante siglos las técnicas mágicas de dominación de los maestros archimagos élficos así como constantemente habían sido sometidos por sus ingenios de tortura, por lo que no estaban interesados en perdonarles tales sufrimientos de generaciones enteras. Cada ciudad élfica que caía en manos de los orcos sufría pogromos por parte de la población orca liberada, magos eran asesinados en sus torres y mansiones, tiendas mágicas reducidas a cenizas, hechiceros perseguidos y finalmente “ajusticiados”. El odio de haber sufrido a manos de la magia élfica durante siglos hizo de los orcos una herramienta efectiva para casi erradicar la magia como se conocía hasta entonces. Derrotados y expulsados de sus ciudades se retiraron a la fortaleza de Balgas, pero finalmente fueron expulsados y exiliados al páramo más allá de sus murallas, donde los ejércitos aún leales al reino élfico desaparecieron y no se ha vuelto a saber mas de ellos en décadas.
Durante los siguiente 50 años la emperatriz, o la Gran Khan como era conocida entre los suyos, unió a los clanes y terminó de consolidar su poder sobre las antiguas regiones del Imperio Humano. Sometió o conquistó pueblos y ciudades, reorganizó su poder a través de los Khanes leales a ella que fueron recompensados con tierras y vasallos. La magia es restringida a una elite de orcos, humanos y elfos y es fuertemente regulada para evitar su uso por la mayoría de la población. Al momento de la desaparición de la Gran Khan el Imperio Orco se extiende desde las llanuras de Semmedu hasta la fortaleza-ciudad de Balgas, llegando incluso a los páramos helados de Kherem. Orcos, Humanos, Elfos y Enanos viven bajo el nuevo régimen en relativa paz y harmonía.
Pero todo eso puede cambiar con la ascensión al trono del hijo de Merugur. El Gran Khan Godur se enfrenta a grandes problemas de un Imperio aún demasiado joven en su existencia. Los Khanes residentes en las estepas de Semmedu, aún nómadas, condenan las nuevas prácticas de los Orcos que se han asentando en las antiguas ciudades humanas y elfas, no apreciando su cambio en sus costumbres, los sienten como traidores y amenazan con rebelarse contra el Imperio. Al mismo tiempo las luchas de poder internas entre los Khanes con demasiadas ambiciones y los leales al trono amenazan con una guerra civil. También se oyen rumores de que los Senadores de Vesuna han comenzando a reclamar el independizarse del Imperio y volver a ser una nación libre de Hombres. Y otras fuerzas se mueven en la oscuridad esperando su momento para llevar a cabo sus siniestros planes.
Vosotros vivís en este mundo, ya sea como un legionario de la ciudad de Vesuna que aspira a poner orden en su corrupta ciudad, un herrero enano que viaja por las tierras de Moezu vendiendo sus creaciones, un poderoso noble Orco que ha jurado defender el trono o hacerse con él o un siervo elfo que conspira en secreto con los rebeldes elfos de los bosques, todos os veréis arrastrado a las historias que se desarrollan en Moezu, seréis atrapados en las ambiciones, aspiraciones y esperanzas de sus habitantes y podréis cambiar el resultado final, o sucumbir a sus consecuencias. Moezu es un continente convulso, pero es una tierra de oportunidades e infinitas aventuras.
¡Bienvenidos a los tiempos del Imperio Orco! ¡Bienvenidos a Moezu!
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