Hyrule

En las tierras de Hyrule

‘‘Hace 100 años tuvo lugar la llamada Era del Cataclismo en la cual los héroes legendarios conocidos como Los Elegidos junto al héroe del tiempo Link y la princesa sacerdotisa Zelda hicieron frente a la abominación maligna conocida como Ganon, El Cataclismo. El conflicto se saldó con las vidas de numerosos hylianos, gerudos, goron, zoras y ritos incluyendo las de Los Elegidos que cayeron defendiendo sus máquinas de guerra, las Bestias Divinas.

La princesa sacerdotisa Zelda, guardiana de la sabiduría, conocedora del interminable ciclo de reencarnaciones que obligaba a este suceso a repetirse una y otra vez durante generaciones, decidió que Hyrule había sufrido ya suficiente. Con las fuerzas que le restaban de la cruenta batalla recurrió a un ritual antiguo con el que rompió en pedazos la Trifuerza y las almas de sus portadores y los diseminó a lo largo del mundo y el tiempo. Sacrificando sus vidas, Zelda y Link acabaron así con el ciclo de reencarnación que permitía a Ganon regresar al reino para sembrar el caos y el terror.

Pero cuando una guerra acaba, otra da comienzo.
Sin el liderazgo de la princesa Zelda y con el mundo en ruinas las gentes de Hyrule pronto se vio envuelta en el caos. Los distintos miembros aún vivos de la familia real reclamaban el trono vacante para sí mismos. Los debates se volvieron hostilidades, las hostilidades se volvieron cuchillos en la noche, y estos a su vez se volvieron ejércitos marchando sobre la tierra marchita. Aún hoy, cien años después del fin de la Calamidad, el trono de Hyrule aún no ha encontrado un heredero legítimo.
Cinco casas reales gobiernan pequeñas partes del reino. Los sheikah, antaño fieles guardaespaldas y espías de la familia real, no podían decidir sobre qué lado de la balanza decantarse, por lo que se fragmentaron en distintos grupos que buscaron cobijo bajo distintos estandartes. Desde la aldea de Kakariko, ahora bajo protección de los Gorons, los sheikah libran una guerra en las sombras contra quienes perciben como los enemigos de Hyrule. Mentiras, secretismo y veneno son ahora sus armas más comunes contra quienes consideran una amenaza, incluyendo los hylianos de la familia real.
Las tribus Goron tomaron un enfoque más neutral, prefiriendo esperar a que la guerra civil pasase de largo o hasta que sus vecinos de cortas y breves vidas recobrasen el sentido del civismo. Los goron más ancianos practican la no-intervención, pero los más jóvenes tienen aún ganas de ponerse a prueba con sus habilidades o, al menos, impedir que la masacre continúe.
Los zora, como sus parientes alados los orni, no han seguido el ejemplo de los goron y ahora centran sus esfuerzos en reclamar los territorios acuáticos y costeros de Hyrule. Su joven monarca, la princesa Laruto, parece decidida a conseguir lo que pueda para su pueblo y sus aliados sin mostrar duda alguna.
Durante la batalla final contra Ganon el Gran Árbol Deku fue una de las muchas bajas de la Era de la Calamidad. Pronto, sin embargo, comenzaría a crecer otra semilla a los pies de sus raíces engendrando así otro ejemplar de su especie. Tras cien años este esqueje aún es joven pero ha asumido gran parte de sus roles en el bosque. Sus hijos los kokiri, los Deku y los koroks son algunos de los habitantes más pacíficos del reino, y después de cien años prefieren mantenerse alejados de la contienda. Algunos, liderados por un fiero revolucionario, ven esta guerra como suya y se esfuerzan en convencer a sus iguales de ello, dada la invasión hyliana que ha tenido lugar en los límites de sus bosques.
Las gerudo, sin miedo de otra reencarnación de Ganon, experimentaron un crecimiento de población nunca visto, siendo cada vez más los hombres que nacían en sus tribus. Tras cien años de crecimiento una nueva cultura crece en su seno, la cuestión de género vuelve a ser un tema delicado. Las tribus se han organizado en torno a un consejo de guerra, creando preocupación frente a una posible invasión a tierras hylianas. Algunos piensan que el único obstáculo entre las gerudo y los hylianos son las estratagemas de la tribu sheikah.

A causa del tremendo impacto que Ganon, El Cataclismo tuvo en las tierras de Hyrule se abrió una pequeña brecha al reino del Crepúsculo. Durante algún tiempo un considerable número de twili atravesaron estos portales y se asentaron en algunos de los asentamientos y capitales aún en pie. Lejos de mostrar intenciones hostiles las gentes crepusculares ofrecieron su ayuda como mano de obra. Los twili aseguran que estos portales en algún momento se cerraron, quizá debido a la regeneración del tejido espacial del reino tras el cataclismo. Sin tener opción de volver a su tierra natal los twili viven pacíficamente en asentamientos y comunidades hylianas agrupados en pequeños barrios de trabajadores, artesanos y artistas.
En la ciudad Lon Lon, fundada sobre el viejo rancho, una república nace entre las cenizas de la guerra. Una orden de caballeros, aventureros, aprendices y magos ha nacido con el objetivo de proteger el reino. La guardia del Tiempo ha hecho el juramento de proteger al inocente, preservar el conocimiento antiguo del reino y hacer frente a las fuerzas del mal en cualquiera de sus encarnaciones.
El mundo está al filo de la espada. ¿Quién poseerá el poder, la sabiduría o el coraje necesario para calmar el reino?

Sólo el Tiempo lo dirá.’’