Samael
No todos los seres sobrenaturales fueron destruidos tras la Guerra de Dios. Un buen número de ellos se quedaron atrás junto a nosotros, ocultándose del modo más conveniente que encontraron. Algunos incluso iniciaron una nueva vida en las ciudades, disfrazándose como humanos gracias a su gran parecido con el hombre o a sus habilidades místicas. Durante años vivieron de manera independiente los unos de los otros, pero no tardaron en ser detectados por la Inquisición o Tol Rauko, que los eliminaron o capturaron sistemáticamente. Dándose cuenta que de ese modo sólo era una cuestión de tiempo desaparecer del todo, muchos decidieron formar una agrupación con el fin de ayudarse los unos a los otros en caso de necesidad. Así nació la Samael.
Samael es una sociedad secreta formada por entidades y seres sobrenaturales que tienen como objetivo sobrevivir en un mundo que les es hostil. Sus miembros no pertenecen a una etnia concreta y cualquiera que pueda coexistir junto al hombre es aceptado en ella. Elfos, Duk´zarist, Daimah y un sinfín de criaturas que consideraríamos monstruos son sólo algunos de sus componentes. Su principal objetivo es mantenerse en secreto, ocultando su presencia a los ojos humanos mientras caminan entre nosotros. Ellos mismos se han ocupado de apoyar la idea de que lo sobrenatural no es nada más que un mito, supersticiones baratas nacidas de la ignorancia y la literatura. En su mayoría no tienen sentido de grupo ni existe compañerismo entre ellos. Simplemente, es una oscura red de influencias que permanece en las sombras, pero que les permite sobrevivir. Por lo habitual, sólo tienen una remota idea de quiénes son sus compañeros dentro de cada ciudad. Siempre que les es posible se ignoran completamente, ayudándose únicamente en caso de extrema necesidad. Si alguno de sus miembros es capturado, por lo general tratan de liberarlo antes de que se descubra lo que es y ponga en peligro al resto. En el caso de que resulte imposible, en última instancia son capaces de eliminarlo para evitar que cuente lo que pueda saber.
En cada ciudad importante en la que existe Samael hay siempre un líder que recibe el título de Arconte. Él se encarga de organizar la seguridad de la sociedad y se cerciora de que no surjan problemas entre sus componentes. En algunas raras ocasiones, los Arcontes convocan concilios para tratar temas de vital importancia. Teóricamente, poseen la capacidad de dar órdenes directas a sus colegas en asuntos que puedan afectar a la seguridad del grupo, pero muy pocos toman estas decisiones. Cada Arconte está en contacto con sus iguales de las ciudades próximas, tratando de mantenerse informado de los acontecimientos importantes que puedan ser de interés. Si la situación de uno sus miembros se torna difícil o es descubierto y no tiene la capacidad de adoptar una nueva identidad, le envía hasta una ciudad lejana tras informar al Arconte local de los motivos de su traslado.
Samael tiene mayor influencia en el Viejo Continente, en los principados donde las antiguas tradiciones del Sacro Santo Imperio de Abel están más arraigadas. En lugares donde la presión de la Iglesia es menor o las creencias del ser humano están mucho más preparadas para aceptar lo sobrenatural, como en los Yermos Gélidos o las Tierras Oscuras, Samael sencillamente no tiene una razón para existir. No todos los seres sobrenaturales pertenecen a ella. Las entidades más poderosas no la necesitan, ya que no temen a la Iglesia ni a Tol Rauko, aunque también hay otras que aborrecen demasiado al ser humano como para ocultarse de él de un modo que consideran cobarde.
Samael tiene a veces contacto con hechiceros y con Sol Negro.
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