Asedio de Roma

Después de la Unificación Secular y la Unificación Religiosa, habiendo sido Víctor X una figura importantísima a la hora de permitir que todo circulara de forma eficiente y sin demasiados problemas.
El 17 de julio del 3008 aDeM, tres de los cuatro hijos de Víctor X, habiendo pasado meses bajo la influencia de las fuerzas del Bajo Empíreo, pasaron a ser energúmenos, rindiendo sus mentes y voluntades a los demonios, e iniciaron un asedio sin cuertel contra Terra en general, y contra Roma en particular, con dos objetivos en mente: destruir el Sacro Imperio Romano y, más importante, debilitar todo lo posible a la Ecclesia para impedir la Batalla por la Grieta.
Comenzó como un ataque sorpresa: sin aviso previo, una cantidad enorme de naves rasgó el Empíreo sobre Terra y comenzó el ataque sin aviso previo. El primer misil impactó contra el Palacio Apostólico, delante de la oficina privada del Papa, que se encontraba en sus labores diarias.
Gracias a la actuación de los Inquisidores de la Ordo Terrae (y, para la batalla espacial, de la Ordo Solis), el Papa pudo escapar del Palacio Apostólico sin demasiados daños. Protegido la Cohorte CLXXXIX, se trasladó a los búnkeres del Palacio Lateranense.
Yendo hacia ellos, pasando por la sala del trono, el hijo mayor de Víctor X, Tarquino, llamado el Protoheresiarca por esto, los encontró y los atacó con una centuria de energúmenos. Gracias a los esfuerzos históricos de la Cohorte CLXXXIX, cayeron, y se hirió gravemente a Tarquino.
Caído éste, las pequeñas grietas del Empíreo que se habían abierto para el Asedio se cerraron rápidamente, provocando que muchos de los atacantes sufrieran el síndrome materialista. Tras esto, y entre lágrimas, Víctor X le suplicó perdón a su hijo, intentando que su corazón se alejara de quienes lo controlaban, pero, como ya se definió en el pacto de Marte, en el momento en el que parecía que Tarquino, herido de muerte, podría arrepentirse, se abrió una grieta del Medio Empíreo immediatamente sobre él, y unas zarpas lo arrastraron, en cuerpo y alma, a los infiernos.
Se sabe que sus dos hermanos murieron en el mismo momento, sin que sus cuerpos hubieran sido profanados por las fuerzas inmundas.
Poco después, debido al trauma del asedio, la tristeza por la traición, y la melancolia por la perdición de tres de sus hijos, Víctor X murió mientras dormía, siendo llamado el Grande y el Ipsomártir.
Durando apenas tres días, fue quizás el asedio más cruento que ha conocido la humanidad: sus daños materiales son incalculables, sus daños personales se cuentan en [mucho], incluyendo civiles y soldados, y el hecho de que aparecieran [mucho] energúmenos para luchar por las fuerzas inmundas aparentemente de la nada ha alertado a muchos estrategas de que las Grietas quizás tengan una importancia mayor a la que se imaginaban, haciendo reflexionar a algunos sobre la Herejía Imperial.

Tipo de conflicto

Siege