Título San de Saeka
El anciano se acercó al joven estudiante, quien empuñó sus manos y corrigió su postura disimuladamente, sin abrir los ojos.
-No es tu postura el problema -dijo amablemente el viejo-, sino lo preocupado que estás por ella en lugar de escuchar con atención.
-¿Pero qué desea que escuche si estamos solos en el dojo?
-Y a pesar de eso tu mente es tan ruidosa que te ciega y te ensordece, mantén tu postura y escucha hasta que sepas que es seguro salir. -el viejo se acercó a una percha y tomó una pequeña bolsa de cuero que colgaba, pareció pellizcar un polvo en su interior para luego acercarlo a sus labios y pronunciar unas palabras imposibles de escuchar para el alumno, luego se dirigió hacia la salida del dojo, acomodando sus ropajes.
-Salir a dónde maestro, no entiendo...
La frase fue interrumpida por dos soldados que justo llegaban hasta donde el viejo, fatigados de la carrera.
-Maestro Garelik San, estamos siendo atacados en el pequeño muelle, requerimos de su ayuda si es posible. -dijo rápidamente uno de los soldados a la vez que hacía una profunda reverencia.
-Lo sé. -dijo lacónicamente el anciano- Los he escuchado desde que atracaron, y no son más que unos pubertos con hambre y sed, no los maten si les es posible evitarlo, verán que esto acaba en un instante.
***
Luego de eso, mi maestro se enfrentó sin problema a los que creíamos ladrones, no sólo los derrotó, los venció completamente, hasta el punto que hoy en día son miembros de la isla y prestan sus servicios como marineros.
Cualificaciones
Los saekinos valoran mucho la experiencia, sabiduría y la disciplina. Aquellos miembros que han servido con honor a la comunidad de la isla y que merecen ser llamados maestros, pueden ser considerados para recibir el título de San, que significa sabio.
Quienes son honrados con esta distinción, agregan a su nombre de pila el título en si, como si de un apellido se tratase.
Responsabilidades
Aunque todos aquellos denominados San son ancianos, algunos más venerables que otros, continúan ofreciendo consejo y los mismos servicios por los que fueron merecedores de la distinción. Así pues, un ghredo que fuese nombrado San debido a su dominio del arte de la creación de inciensos, continuará creándolos y pasando su arte a otras generaciones.
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