Légridos
Los Légridos están emparentados con una de las tribus de humanoides que habitan en La Aislada, comparten con ellos sus ancestros gigantes.
A diferencia de sus hermanos cercanos, los Légridos se limitaron a vivir en la Jungla Mori, donde ahora están confinados, pues el aire fuera de la jungla les resulta pesado y difícil de respirar.
Apariencia
Los légridos parecen humanoides de 10 pies de altos, con cuerpos delgados en extremo y brazos estirados hasta las rodillas, con dedos igualmente largos, casi afilados. Su cuerpo está cubierto por un pelaje verdoso que se asemeja a raíces jóvenes, a medida que envejecen, cambia de color a un café apagado y se vuelve más grueso el pelaje. Su cara carece casi por completo de pelaje, tienen unas cuencas grandes donde brillan unos ojos con tonalidades ambarinas o plateadas, su cuello muestra un exuberante pelaje que los hace parecer una gigantesca flor cuando están escondidos.
Culture
Grupos lingüísticos y dialectos importantes
Los Légridos se comunican a través de sonidos guturales graves y profundos, que pueden viajar por la jungla varios kilómetros, pueden hablar la lengua común y entenderla, pero entre ellos prefieren hacerlo sin palabras. Estos sonidos parecen un vago retumbar de tambor para los desprevenidos que no conocen de los Légridos.
También han desarrollado una forma de comunicarse con los Bóreos y los bíziros, actuando como druídas naturales en su jungla, pues pueden desencadenar el movimiento de raíces de los Bóreos o un ataque en enjambre de los bíziros.
Cultura y herencia cultural
La sociedad de los Légridos conoce la Jungla Mori a la perfección, han evolucionado para moverse entre las copas de los árboles sin hacer ruido y si deben caminar por el suelo, son capaces de llegar a un trote permanente sin cansarse y amortiguando sus pasos.
Proteger a los Bóreos es una tarea que asumen con responsabilidad, y al llegar a ser adultos, a cada Légrido se le asignan varios de estos árboles para que sea su protector, a cambio, el Légrido podrá entender a los Bóreos cuando se comuniquen entre sí. Estas estrechas relaciones mantienen a la jungla dentro de un misticismo que hace que muy pocos lleguen allí buscando sacar algún provecho, y aquellos que lo logren, encontrarán una lenta y silenciosa muerte a manos de la bruma venenosa.
Costumbres funerarias y de homenaje
Cuando un Légrido muere es llevado a los manglares, allí se lo sujeta de alguna raíz de modo que permanezca sumergido, a pesar de que este es el último reposo de los miembros de la sociedad, allí nunca se ven cadáveres, se cree que los árboles mueven los cuerpos para alimentar a la jungla misma, formando con el tiempo el gas venenoso que reposa bajo la Jungla Mori, y cerrando el ciclo.
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