"Xalaquia es la ciudad vigía del continente, una golfa impenetrable desde la que se envía información de ejércitos y de cualquier trifulca a las decenas de ciudades de la jungla. Pero esa golfa, aunque inteligente, no va a durar por mucho tiempo. No voy a permitir cosa semejante"
Haranko IV, emperador de Testenka.
Xalaquia es una ciudad del continente de Ixtal y se suma al centenar de ciudades-estado que poseen sus propios reyes y sus propias castas de sacerdotes y sacerdotisas. Se encuentra al margen de la guerra adelantada por el imperio de Testenka, el cual está en constante expansión.
Nombre y origen
La ciudad-estado de Xalaquia nació en la Colina Baja de las Montañas Madre y se cataloga como una de las pocas ciudades que no entran dentro de la geografía de la selva de Ik-Takash. Su clima es cálido, pero en la noche se puede encontrar un frescor imposible de disfrutar en otras ciudades de la jungla.
Su nombre, que significa "La que Todo lo Ve" ha trascendido en la historia de Ixtal como una de las ciudades-estado más antiguas del continente. Los sacerdotes conservan un mito que da cabida al surgimiento de Xalaquia y que habla sobre Tolzi, un guerrero perdido en la selva que, al encontrar con la Colina Baja, decide establecerse con su familia. Desde la colina podía divisar toda la jungla a sus pies, por lo que, alimentado por un ego fugaz, decide negociar con otros reyes y reinas de la jungla para que paguen por ser su vigía. Desde Xalaquia, Tolzi fue el guardián de la selva y avisaba de los avances militares en lasa sucesivas guerras que las ciudades-estado de la jungla mantenían entre sí. El impuesto por ser vigilados, ateniéndose a una obligación para el espionaje del enemigo, sería conocida como x
aqui, la cual le daría una formidable riqueza a Xalaquia.
Los descendientes de Tolzi cobraron el impuesto por cientos de años, mientras que los reyes de allí abajo seguían gastando sus tesoros en la información ofrecida por Xalaquia. Fue Karmo, rey guerrero de Xalaquia, el que decidió amurallar la ciudad e instaurar una cadena humana que no permitiera la entrada de ningún extranjero a la ciudad. Muchos espías de otros reinos habían sido enviados a Xalaquia para observar las guerras de la jungla y avisar a sus señores y señoras. De esta manera no deberían pagar la
caqui obligatoria y se zafaban del impuesto de la ciudad. Instaurada la defensa, los tesoros de Xalaquia incrementaron, pues ya nadie se atrevía a enviar espías hacia la ciudad.
Hoy en día Xalaquia es una ciudad grande y próspera que no solo es conocida por su impuesto de vigías sino también por el comercio adelantado por la Dinastía de las Féminas de Oro, una dinastía de reinas que gobernó Xalaquia en los últimos siglos y que hizo crecer la economía de la ciudad a través de tratados comerciales y de la compra y venta de productos locales. Ikta de Xalaquia es la reina actual, descendiente de las Féminas de Oro y conocida por ser una ávida mujer de palabras que gestiona con recelo el comercio de la ciudad.
Comentarios